En más de una ocasión, creemos que la realidad es únicamente lo que vemos. Todo aquello que podemos tocar, ver, escuchar... Las innumerables expresiones que se manifiestan a traves de nuestros sentidos y nos definen en nuestro día a día, haciéndonos creer que pertenecemos a un mismo grupo, un mismo país o un mismo género. Pero ¿qué pasaría si la verdadera realidad no fuera esa que oímos o tocamos? Si lo que de verdad importase, si la información correcta estuviera escondida detrás, más allá de nuestros sentidos, esperando a ser revelada.
¿Y si se están sucediendo en este preciso instante millones de acontecimientos que afectan a nuestro destino y ni siquiera nos damos cuenta de ello? ¿Qué harías si descifraras el Código que permite conectar con esa realidad? Piénsalo un instante, aunque ese instante ya se haya ido. Ya ni siquiera serías la misma persona que estaba leyendo esto hace unos segundos. ¿No ves? Esa persona ya no existe. Es pasado. Sólo tú existes porque eres presente, porque estás leyendo esta concreta palabra: Código. Porque ya no puedes parar. Porque estás en movimiento. Movimiento contínuo, contínuo cambio, eternidad constante.
"El lago hoy está helado pero el Universo está en calma. Sólo se escucha el sonido del agua que baja de las montañas y algún que otro pájaro. Estamos solos, el Guardián y yo. Soledad lejanamente compartida". Diario de Ana (pag.4).
El Código. Chris Martos.
Sólo quedan días para que conozcáis la siguiente parada de este viaje. El próximo cruce de caminos del gran Código. El siguiente giro en la eternidad cíclica. La verdadera esencia de Ana y Samuel. ¿Os atrevéis a abrir la siguiente puerta? Sólo quedan días... Estad atentos, porque pronto tendréis la llave en vuestras manos.
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Chris Martos. 3 de noviembre de 2021.